Hoy traigo una nueva reseña de un nuevo clásico. Estoy muy contento porque me lista de clásicos disminuye a buen ritmo y ya solo me quedan unos cinco o seis en mi estantería por leer. Sin embargo, los que me quedan me atraen mucho menos (quizás Historia de dos ciudades me llame más la atención) así que los dejaré pasar. Con el reto de 155 libros que... si leeré alguno de vez en cuando ya que la mayoría de ellos son clásicos.
Pero vamos por faena. El clásico de hoy es El fantasma de la ópera, de Gaston Leroux. Dentro de los clásicos es una obra muy conocida, especialmente por su musical y todos, de una manera u otra, hemos oído hablar de ella. ¿Queréis saber lo que he pensado de ella? ¡Pues sigue leyendo!
El fantasma de la ópera
- Datos de la novela:
Autor: Gaston Leroux
Título original: Le phantôme de l'opéra.
Traductora: Mauro Armillo
Páginas: 344
Editorial: S.L.U. Espasa
Precio: 8,90€ (edición de bolsillo)
- Resumen muy resumido:
En un ambiente de novela gótica, el horror que inspira el protagonista se tiñe de ternura, porque el Fantasma, un ser tenebroso y atormentado por su deformidad y su fealdad, siente la pasión de la música y rinde culto a la Belleza, encarnada en una bailarina de la Ópera, Christine Daaé. Para conseguirla, el Fantasma revive
- Opinión personal:
Siempre he tenido las expectativas muy altas con este libro y por fin he comprobado si se han cumplido o no. La respuesta sería a medias. ¿Por qué?
Para comenzar, la historia me ha fascinado. Aunque en el prólogo ya te destripa el final, tiene algo que te engancha. Los misterios que rodean a la Ópera de París te mantienen en vilo y hace que cada dos por tres te preguntes el porqué pasa eso. Si hubiera que ponerle un pero a la historia sería quizás a mitad de la obra que lo haría ya que se vuelve un poco pesada durante un par de capítulos. Un punto muy positivo desde el principio te deja interrogantes que pasan un poco desapercibidos, pero que cuando los menciona dices Ostras, ¡es verdad!
En el lado contrario tenemos a los personajes. Mi favorito, sin lugar a dudas, ha sido la acomodadora, la señora Giry. Me recordaba constantemente a las típicas señoras sin pelos en la lengua y que les da lo mismo todo. Era muy vacilona y aunque quizás en España eso lo veamos normal, cabe recordar que el escenario es París y que los franceses son muy respetuosos (excesivamente, en mi opinión).
Desgraciadamente, aunque la señora Giry jugaba un papel esencial en la obra, aparecía poco y la historia se centra en el triángulo Erik-Christine-Raoul. Y con estos tres tengo que decir que #stopdramas. Cada uno, a su manera, montaba su drama sobre el amor: los dos enamorados de Christine y ella que no sabe qué hacer ya que está enamorada de Raoul, pero tiene miedo de Erik. Durante una buena parte de la historia tenemos que leer lo desdichados que se sienten todos porque no pueden encontrar el amor de una manera tranquila. Y bueno, yo con esas cosas no puedo. Fuera del triángulo amoroso, la historia de el fantasma es apasionante y cómo llegó a ser y lo que tuvo que pasar en su infancia me dejó sin palabras.
Por otro lado, tenemos personajes como los nuevos directores de la Ópera, el señor Moncharmin y Richard que también son bastante graciosos ya que en su escepticismo, intentan engañar al fantasma y no hacen más que enredar las cosas (un poco a lo Mortadelo y Filemón).
La forma de narrar la historia me ha dejado un poco confuso. La historia es contada por el autor como si fuera un investigador que da cuenta de sus resultados en la investigación sobre el fantasma. En numerosas ocasiones se dirige al lector para explicarle algunos detalles y otras tanta recurre a relatos que obtiene de otras personas o que saca de libros de memorias. El libro intercala escenas de todos los personajes y muchas veces no siguen un orden del todo lógico así que cuando has terminado de leer una cosa vuelves a otra que no sabes muy bien por qué está ahí (esto también lo hace de manera más clara George R.R. Martin, lo que hace que no termine de conectar con sus libros).
En resumen, una historia que me ha dejado a medio camino entre el "me gusta" y el "no me gusta". En Goodreads le puse cuatro estrellas finalmente. Su nota era un 3,5 más tirando al tres que al cuatro, pero el magnífico epílogo me obligó a subírsela a cuatro.
Y hasta aquí la reseña de hoy. Tenía muchas ganas de hablar de este libro ya que dentro de los clásicos, es de los más conocidos. También este ha sido un libro que me he leído durante un viaje y la verdad es que lo amenizó bastante bien.
Y vosotros, ¿lo habéis leído? ¿Coincidís en mi opinión? Como siempre, dejádmelo en los comentarios.
Para comenzar, la historia me ha fascinado. Aunque en el prólogo ya te destripa el final, tiene algo que te engancha. Los misterios que rodean a la Ópera de París te mantienen en vilo y hace que cada dos por tres te preguntes el porqué pasa eso. Si hubiera que ponerle un pero a la historia sería quizás a mitad de la obra que lo haría ya que se vuelve un poco pesada durante un par de capítulos. Un punto muy positivo desde el principio te deja interrogantes que pasan un poco desapercibidos, pero que cuando los menciona dices Ostras, ¡es verdad!
En el lado contrario tenemos a los personajes. Mi favorito, sin lugar a dudas, ha sido la acomodadora, la señora Giry. Me recordaba constantemente a las típicas señoras sin pelos en la lengua y que les da lo mismo todo. Era muy vacilona y aunque quizás en España eso lo veamos normal, cabe recordar que el escenario es París y que los franceses son muy respetuosos (excesivamente, en mi opinión).
Desgraciadamente, aunque la señora Giry jugaba un papel esencial en la obra, aparecía poco y la historia se centra en el triángulo Erik-Christine-Raoul. Y con estos tres tengo que decir que #stopdramas. Cada uno, a su manera, montaba su drama sobre el amor: los dos enamorados de Christine y ella que no sabe qué hacer ya que está enamorada de Raoul, pero tiene miedo de Erik. Durante una buena parte de la historia tenemos que leer lo desdichados que se sienten todos porque no pueden encontrar el amor de una manera tranquila. Y bueno, yo con esas cosas no puedo. Fuera del triángulo amoroso, la historia de el fantasma es apasionante y cómo llegó a ser y lo que tuvo que pasar en su infancia me dejó sin palabras.
Por otro lado, tenemos personajes como los nuevos directores de la Ópera, el señor Moncharmin y Richard que también son bastante graciosos ya que en su escepticismo, intentan engañar al fantasma y no hacen más que enredar las cosas (un poco a lo Mortadelo y Filemón).
La forma de narrar la historia me ha dejado un poco confuso. La historia es contada por el autor como si fuera un investigador que da cuenta de sus resultados en la investigación sobre el fantasma. En numerosas ocasiones se dirige al lector para explicarle algunos detalles y otras tanta recurre a relatos que obtiene de otras personas o que saca de libros de memorias. El libro intercala escenas de todos los personajes y muchas veces no siguen un orden del todo lógico así que cuando has terminado de leer una cosa vuelves a otra que no sabes muy bien por qué está ahí (esto también lo hace de manera más clara George R.R. Martin, lo que hace que no termine de conectar con sus libros).
En resumen, una historia que me ha dejado a medio camino entre el "me gusta" y el "no me gusta". En Goodreads le puse cuatro estrellas finalmente. Su nota era un 3,5 más tirando al tres que al cuatro, pero el magnífico epílogo me obligó a subírsela a cuatro.
Y hasta aquí la reseña de hoy. Tenía muchas ganas de hablar de este libro ya que dentro de los clásicos, es de los más conocidos. También este ha sido un libro que me he leído durante un viaje y la verdad es que lo amenizó bastante bien.
Y vosotros, ¿lo habéis leído? ¿Coincidís en mi opinión? Como siempre, dejádmelo en los comentarios.
¡Nos vemos en la próxima!